Enseña a tu hijo a no pegar

22.10.2024

Muchos niños pegan entre el primer y el tercer año de vida porque es su forma de reaccionar si están enfadados porque la mayoría de las veces quieren defender su territorio ante sus hermanos u otros niños en el cole o en el parque, o también a veces necesitan descargar su ansiedad al enfrentarse a una situación nueva o que no les agrada. Esto es una conducta muy molesta para los padres, pero deben enfrentarla con calma y comprensión, enseñándoles el respeto hacia los demás y lo que no deben hacer cuando se relacionan con terceros.

Por lo tanto, siempre hay una razón por la que un niño comete daño. Si aún no pueden hablar o no se comunican adecuadamente, es posible que se esfuercen por comunicarse y atraer la atención de adultos o otros niños, especialmente si perciben que otras maneras de expresar sus necesidades no son satisfechas, a veces como una expresión de frustración por algo que no les agrada. Considere que los niños pequeños aún no han desarrollado completamente la habilidad de manejar y comunicar saludablemente sus emociones. Debido a esto, cuando se sienten frustrados, recurren a pegar para expresar sus sentimientos o pueden hacerlo por imitación; ya que los niños pequeños imitan las conductas de sus padres.

Para evitar que tu hijo tenga una conducta agresiva y que no pegue, hay unas pautas, las cuales son:

  • No pegar a tu hijo si no quieres que pegue, ya que se le puede enviar al niño un mensaje equivocado, como diciendo que pegar está bien, cuando no lo está.

  • Expresa tu malestar en cuestión de que el niño pegue a otra persona, pero no por ello hay que insultar y menospreciar al niño, si no todo lo contrario, hay que decirle firmemente que se ha comportado mal para que comprendan que los padres no están contentos con esa conducta.

  • Si se encuentra en un estado de gran inquietud y no desea prestar atención a nuestras palabras, podemos concederle un período de reflexión. Los enfados pueden ser muy difíciles de controlar, pero si le quitamos la atención, al final se calmará. Con un niño, es imposible razonar. Una vez que se haya calmado, puede ayudarlo a expresar sus sentimientos con sus propias palabras y fortalecerlo en la idea de que pegar no es nunca la solución.

  • Animarlo a pedir perdón pero sin obligarle, ya que al ser tan chicos, ellos no saben el porque den pedir perdón; pero diciendo lo siento los niños pueden dejar sus resentimientos de lado.

Rocío Dorado Espinosa

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